miércoles, 28 de abril de 2010

La AOE es un tema de salud pública

Desde Apprende hacemos eco a un artículo publicado por el Dr. Alfredo Guzmán en defensa de la Anticoncepción Oral de Emergencia.


Por Alfredo Guzmán*

En un reciente artículo, el señor Prieto Celi, de igual forma que todos los que se oponen a la Anticoncepción Oral de Emergencia (AOE), cuestiona el papel de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como ente técnico en materia de salud a nivel mundial, ello solo porque su posición sobre la embriología y fisiología reproductiva no está de acuerdo con sus creencias.


La OMS, como se mencionó en un reciente panel, es un organismo supranacional que cuenta con una serie de comités de expertos a escala mundial sobre diferentes temas y que analizan políticas de salud basados en la ciencia y no en las creencias o credos de sus miembros. El señor Prieto repite el mismo guion que mi colega el doctor Alvarado, cuando se refirió a un artículo mío sobre la anticoncepción oral de emergencia, y escribió que estaba lleno de inexactitudes. Si el doctor Alvarado me conociera, sabría que en mi trayectoria profesional siempre mis escritos y conferencias están basados en las evidencias científicas. Además, no estoy ligado a ningún laboratorio farmacéutico. Por ello puedo afirmar a ambos columnistas que el embarazo comienza con la implantación. La unión del óvulo con el espermatozoide, llamada fertilización o fecundación (“Embriología” de Carlson, 2007; “Embriología” de Langman, 2008; “Ginecología de Novak”, 2007), evento anterior, produce un grupo de células vivas que se multiplican. Si el proceso no tiene tropiezos, como ocurre solo en el 33% de las fecundaciones, se convertirá en un embrión, pero también puede convertirse —debido a la impronta parenteral u otras alteraciones— en un embarazo sin embrión o en una degeneración como es la mola hidatidiforme, y ninguno de los dos es un ser humano o vida humana como la llama. Además, no hay descrita aún ninguna prueba que permita afirmar un embarazo antes de la implantación.


La AOE, según una variedad de estudios tisulares, bioquímicos y moleculares, no ejerce ningún efecto sobre el endometrio comparado con el de las mismas mujeres sin exposición a la AOE (Raymond 2000, Marions 2002, Duran 2003, Palomino 2003). Con respecto al inserto de los productos sobre una probable acción endometrial, esa fue una exigencia de la Digemid para poder autorizar su comercialización en el 2001. Ambos tienen razón cuando dicen que no hay estudios nuevos sobre el mecanismo de acción de la AOE desde el 2005. La razón es que esto ya está bien fundamentado y no se necesitan más estudios. Existen algunos metaanálisis de Cochrane Library del 2009, pero que tienen que ver con otros aspectos de la AOE, como efectividad comparada con otros métodos, uso en adolescentes, etc.


Ahora, con respecto a la mención del doctor Alvarado al artículo de Mikolajczyk en el 2007 como prueba para asegurar el efecto antiimplantatorio o abortivo de la AOE. El estudio del doctor Mikolajczyk, un médico alemán con estudios de teología católica, no dice eso. La investigación, basada en un modelo simulado (modelo matemático) de los trabajos de Croxatto sobre la efectividad de la AOE, se pregunta si la diferencia de efectividad entre el estudio de Croxatto y el modelo matemático de acuerdo con el tiempo transcurrido entre el acto sexual y la toma no estaría explicada también por un efecto posovulatorio. Pero no lo prueba ni lo afirma y concluye que se necesitan más estudios. Invito a los lectores interesados a revisar el artículo en “Fertility and Sterility” 2007, 88 (565-71), y verán que lo que digo es correcto. Por último, aquí no está en riesgo la democracia ni el Estado de derecho, como afirman. Lo que está en riesgo es la vida de miles de mujeres que no podrán acceder a un método que les permita evitar tener más hijos de los que desean por presión de un grupo de católicos conservadores que quieren imponer sus convicciones e ideas a toda la población sin respetar otros credos o creencias.


[*] Consultor en salud pública


Se puede ver el artículo completo aparecido en El Comercio en: http://elcomercio.pe/impresa/notas/aoe-tema-salud-publica/20100427/468227


martes, 6 de abril de 2010

A favor de la AOE

El día de hoy publicamos un texto aparecido en el diario El Comercio y escrito por el conocido ginecólogo Alfredo Guzmán.

Desinforma que algo queda
Por: Alfredo Guzmán *


Martes 23 de Marzo del 2010

La anticoncepción oral de emergencia (AOE) está nuevamente en el debate público por la decisión del Ministerio de Salud de distribuirla gratuitamente en todos los establecimientos de salud, luego de la opinión dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que esta no es abortiva. Ante ello, los detractores de tal medida tratan nuevamente de desinformar a la opinión pública.

En un último artículo el arzobispo de Piura, José Antonio Eguren, en este Diario, pone en duda la condición científica y técnica de la OMS en esta materia. La OMS es un organismo técnico de las Naciones Unidas reconocida y líder en el campo de la salud en general, y sus opiniones y propuestas están basadas en evidencias científicas, desde cómo afecta a la salud el cambio climático, las catástrofes, las enfermedades crónicas, infecciosas, los medicamentos, las vacunas y también los aspectos de la salud reproductiva, como es este caso. No es cierto que promueve el aborto, sino que señala que el aborto clandestino y en condiciones inseguras mata a muchas mujeres en el mundo y por ello sería conveniente que en aquellos países en que este no es legal (en más de la mitad de los países del mundo es legal), se tenga amplio acceso a métodos anticonceptivos por parte de la población para evitar embarazos no deseados y se contemple la posibilidad de ampliar el aborto legal a casos de violación y malformaciones fetales congénitas incompatibles con la vida, y no solo en caso de peligro de la vida de la madre.

Se cuestiona que la OMS considere que el embarazo comience con la implantación y no la fecundación o fertilización. A este momento la ciencia le llama concepción y no a la fusión de los gametos que es la fertilización. Todos los que estudiamos medicina sabemos que ello es así, porque en el proceso que ocurre desde la fertilización del óvulo con el espermatozoide hasta su implantación en el endometrio se pierde normalmente el 70% de ellos, o muchas veces esto da lugar a un embarazo sin embrión (saco ciego), o a una mola hidatidiforme, que no son en absoluto un nuevo ser o embrión. Solo la implantación permite la secreción de una hormona HCG, que es el primer indicio clínico de que esa mujer esté gestando. Antes no existe ninguna prueba que permita saber si una mujer está gestando o no, y eso es evidencia científica.

La AOE, como lo demuestran los cientos de estudios realizados en pruebas clínicas, actúa previniendo la unión del óvulo con el espermatozoide al impedir la progresión de los espermatozoides y retrasando la ovulación. Esos estudios han sido explicados y mostrados en los múltiples debates que se han llevado a cabo sobre el tema. Por el contrario, sus detractores nunca han mostrado alguno que pruebe sus afirmaciones. Se refieren al Vademécum estadounidense, pero no a lo que dice sobre la AOE sino sobre el compuesto farmacológico, el Levonorgestrel en dosis mayores y administrado en forma continua que no es el caso de la AOE, que es una sola toma. Por último sería interesante conocer cuáles son las otras instituciones de igual o mayor prestigio o competencia que la OMS, a que se refiere el arzobispo Eguren, ya que la opinión que conocemos solo es de instituciones no académicas ni científicas vinculadas a la Iglesia.

Acá lo que se trata es de poner a disposición de las mujeres un método anticonceptivo que puede en un 85% de los casos evitar un embarazo no deseado y evitar así el riesgo de recurrir a un aborto que ponga en peligro su vida, y que cada persona de acuerdo con sus convicciones vea la conveniencia de usarlo o no. Como bien dice el arzobispo Eguren, no se debe actuar por presión de grupos interesados, como fueron los que hicieron que el Tribunal Constitucional cambiara su sentencia el año pasado.

[*] Médico y consultor en salud pública
http://elcomercio.pe/impresa/notas/desinforma-que-algo-queda/20100323/450663